La colección invernal de Giambattista Valli, inspirada en los sesenta nos invita a combatir el gélido invierno con toques primaverales, flores y motivos vegetales acompañados de detalles en 3D.
Desde el país galo nos llegan los coloridos abrigos de Dior que acompañan a una sesentera propuesta con prendas funcionales para el próximo otoño. Por otro lado, Lanvin prefiere apostar por la década de los 70 y por las elegantes prendas de noche en una colección en la que la mezcla de texturas son las protagonistas. Givenchy, se muestra a favor de la época victoriana en la que la mujer fusiona la sensualidad de las telas con la agresividad de los colores. Balmain vuelve a retomar los colores flúor y pantalones acampanados que marcaron la época dorada de los 70. Chloé, por su parte, busca reinventar las prendas vaporosas repletas de colorido y feminidad.
Sin embargo, si hay una maison que ha conquistado los corazones de todos sus espectadores en la celebración de esta semana de la moda es Chanel. El Grand Palais se convirtió en una brasserie, un clásico restaurante parisino bajo el nombre de "Gabrielle Chanel". Toda la sala estaba rodeada de sofás rojos, sillas de madera y mesas adornadas con copas de vino y servilletas de tela blanca. Un encuadre espectacular para un desfile que no defraudó. Los modelos comenzaron a aparecer de una puerta giratoria exhibiendo las propuestas de Karl Lagerfeld. Entre ellas, cabe destacar las icónicas chaquetas de Chanel en blanco y negro y los espesos abrigos en los mismos tonos. Todo ello, acompañado de los míticos bolsos de cadenas que siguen siendo tendencia después de tantos años.
Video:Elle España
Fotos: Vogue.es, Elle España,
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