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jueves, 3 de julio de 2014

Entre cuatro paredes

Tras visualizar el documental bajo el título "Blackfish" dirigido por Gabriela Cowperthwaite un único sentimiento aborda todo mi ser, pena. Pena de saber que tremenda tortura se produce a diario en numerosos parques para goce y disfrute de su público y que no seamos conscientes de una milésima parte de todo lo que rodea a este tormento. 
El reportaje fue estrenado en 2013 en el Festival de Cine de Sundance. 
La cinta de poco más de hora y veinte de duración muestra numerosas entrevistas a especialistas y personal que ha trabajado y conoce muy de cerca a estos animales. Además, aporta testimonios y casos en los cuales se aprecia de forma más que evidente el cambio de comportamiento una vez son sometidos a permanecer en cautividad.  
Uno de los  síntomas que confirman el tremendo deterioro que sufren estos grandiosos animales cuando se encuentran en cautiverio es la curvatura de su aleta dorsal. Aunque no se conoce su causa científicamente, todo apunta a que nadar en círculo y la larga duración que las orcas cautivas permanecen en superficie con una exposición solar elevada produce la pérdida de colágeno de la aleta dorsal causando la torsión de dicho apéndice. Sin embargo, si este tema concede cierta positividad...Este es el mejor síntoma que puede padecer una orca cautiva. Tal y como afirma la organización "Orcapedia" en defensa de esta especie más de 140 individuos han muerto en cautiverio. Esto debería alarmar a cualquier sujeto dotado de una mínima moralidad. 
Si cualquiera de nosotros fuésemos encerrados en una habitación de un metro cuadrado los síntomas de desesperación y frustración no tardarían en florecer. Las orcas, al igual que los humanos, son animales. Así mismo, cuentan con el condicionante de que pesan mil veces más. Ningún animal debería estar sometido a vivir entre cuatro paredes, pero mucho menos uno de tales dimensiones acostumbrado a disfrutar de una vida en millones de kilómetros. Tal y como dictan los derechos de los animales: "El hombre es una especie de animal y no puede atribuirse el derecho de exterminar a los demás animales o de explotarlos". La óptima convivencia entre el ser humano y el resto de animales sigue siendo una asignatura pendiente para el hombre. 








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