ARSC

miércoles, 9 de octubre de 2013

Lo que hay debajo de la piel.

Goffman estableció que vivíamos inmersos en una especie de función teatral donde cada uno de nosotros interpreta un personaje detrás de una máscara. Esta máscara representa lo que la gente ve de nosotros, que, al fin y al cabo, es lo que nosotros mismos decidimos que vean. Sin embargo, en numerosas ocasiones, vivimos en un teatro permanente, incluso perdiendo nuestra esencia, única y exclusivamente para que parezca que somos algo que verdaderamente ni se asemeja a la realidad.
Estar enmascarados representa que estamos mostrando la cara opuesta de la moneda, no es lo que somos nosotros, vivimos sumergidos en un mundo que realmente no existe. Pero...¿podemos mantenernos en esa dimensión constantemente? ¿Somos tan buenos actores como para que podamos convertirnos en algo que no somos las 24 horas del día? 
Como afirmaba el gran Chaplin: "La vida es una obra de teatro que no permite ensayos". Aunque también defendía a capa y espada que mostráramos aquello que somos, sin miedo alguno.
Por ello, dejemos las máscaras a un lado y mostrémonos tal como somos, porque ni el mejor actor es capaz de mantener vivo un personaje eternamente.
No olvidemos que lo que realmente importa está debajo de la piel.

ARSC.

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