El mundo de la moda ha amanecido bañado en lágrimas. Hoy, un sábado caluroso en cualquier punto de la geografía española, se llora la muerte de Manuel Pertegaz. Modisto y diseñador turolense conocido a nivel mundial. Nadie como él sabía manejar las telas e hilos para crear piezas de extraordinaria belleza. Influenciado por el cine y el teatro de la época de los locos años sesenta, logró ir al compás del cambio; consiguiendo, como pocos, trasladar sus vestidos hasta la elegante y lujosa Quinta Avenida neoyorquina. No es de extrañar, por tanto, que actrices tan valoradas como su amiga Audrey Hepburn o Ava Gardner se derritieran ante los modelos del español. Se marcha el cuerpo, pero no el mito. El legado que nos deja Pertegaz sobrevivirá al paso del reloj que hoy dictó el final de su historia.





Descansa en paz, maestro.
ARSC.
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