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martes, 22 de octubre de 2013

Marionetas con cuerpo 10
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Es un tanto contradictorio separar cultura personal de cultura de masas, puesto que, el individuo perteneciente a una cultura personal debe estar englobado en una cultura determinada, la cual, comparte con otros. Una cultura que les diferencia del resto.
Tal y como estableció Thomas Stearns Eliot, "La cultura de la persona no debe ser aislada de la cultura del grupo", ya que, el hombre depende de manera extraordinaria de la cultura, todos los saberes, tanto positivos como negativos, los hemos adquirido culturalmente. Entre los años 60 y 70 se produce el boom de los medios de comunicación, a partir de este momento, el sujeto comienza a participar e interactuar con la información que maneja. Se convierte en un personaje totalmente activo. Sin embargo, el individuo sigue siendo un ser vulnerable, al fin y al cabo, la influencia que tienen sobre nosotros es inmensa.
La cultura de masas desborda actualmente el tiempo dedicado al ocio con numerosos productos provenientes de la industria cultural, los cuales se han convertido en mercancías audiovisuales. Un claro ejemplo de ello, son las revistas, especialmente las revistas dedicadas a la mujer y a todos los aspectos que nos preocupan. Los dictados establecidos en las revistas se transforman en una necesidad para nosotras. Aquello que aparece en las revistas debe llevarse a raja tabla. Que si debes ponerte esto y esto otro no; que si esto está de moda y es indispensable, etcétera. Nos muestran mil y un trucos para que, supuestamente, nuestra vida sea mejor. Con tanto bombardeo, finalmente, nos lo acabamos creyendo, hasta tal punto que si no seguimos los pasos establecidos nos sentimos defraudadas con nosotras mismas. Las publicaciones de verano son las más “mortíferas”. “¿Te están entrando los agobios y quieres empezar “ya” la dieta de verano? Pues no te agobies, ¡mujer! Que todavía queda mucho…eso sí, hay que empezar a poner la máquina a punto para que, cuando llegue el calor, no falle nada”1. Titulares como este inundan las ediciones estivales, haciéndonos caer en la falsa creencia que para vivir un verano de infarto debemos estar sometidas meses antes a una dieta estricta, muchas de las cuales, pueden incluso llegar a ser perjudiciales.  El resultado de este tipo de dietas no suele ser el esperado, incluso puede conllevar perjuicios tanto físicos como anímicos. Estamos siendo manipuladas, convirtiéndonos en marionetas ciegas controladas por algo considerado superior, poco menos que como un Dios, como es un medio de comunicación.

1Titular tomado de la revista Cosmopolitan Hispano edición online con fecha del cuatro de mayo de 2012. 

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