Marionetas con cuerpo 10
ARSC
Es un tanto contradictorio separar cultura
personal de cultura de masas, puesto que, el individuo perteneciente a una
cultura personal debe estar englobado en una cultura determinada, la cual, comparte
con otros. Una cultura que les diferencia del resto.
Tal y como estableció Thomas Stearns Eliot, "La
cultura de la persona no debe ser aislada de la cultura del grupo", ya que, el
hombre depende de manera extraordinaria de la cultura, todos los saberes, tanto
positivos como negativos, los hemos adquirido culturalmente. Entre los años 60
y 70 se produce el boom de los medios de comunicación, a partir de este
momento, el sujeto comienza a participar e interactuar con la información que
maneja. Se convierte en un personaje totalmente activo. Sin embargo, el
individuo sigue siendo un ser vulnerable, al fin y al cabo, la influencia que
tienen sobre nosotros es inmensa.
La cultura de masas desborda actualmente el
tiempo dedicado al ocio con numerosos productos provenientes de la industria
cultural, los cuales se han convertido en mercancías audiovisuales. Un claro
ejemplo de ello, son las revistas, especialmente las revistas dedicadas a la
mujer y a todos los aspectos que nos preocupan. Los dictados establecidos en
las revistas se transforman en una necesidad para nosotras. Aquello que aparece
en las revistas debe llevarse a raja tabla. Que si debes ponerte esto y esto
otro no; que si esto está de moda y es indispensable, etcétera. Nos muestran
mil y un trucos para que, supuestamente, nuestra vida sea mejor. Con tanto
bombardeo, finalmente, nos lo acabamos creyendo, hasta tal punto que si no
seguimos los pasos establecidos nos sentimos defraudadas con nosotras mismas.
Las publicaciones de verano son las más “mortíferas”. “¿Te están entrando los agobios y quieres empezar “ya” la dieta de
verano? Pues no te agobies, ¡mujer! Que todavía queda mucho…eso sí, hay que
empezar a poner la máquina a punto para que, cuando llegue el calor, no falle
nada”1. Titulares como este inundan las ediciones estivales,
haciéndonos caer en la falsa creencia que para vivir un verano de infarto
debemos estar sometidas meses antes a una dieta estricta, muchas de las cuales,
pueden incluso llegar a ser perjudiciales.
El resultado de este tipo de dietas no suele ser el esperado, incluso
puede conllevar perjuicios tanto físicos como anímicos. Estamos siendo
manipuladas, convirtiéndonos en marionetas ciegas controladas por algo
considerado superior, poco menos que como un Dios, como es un medio de
comunicación.
1Titular tomado de la revista
Cosmopolitan Hispano edición online con fecha del cuatro de mayo de 2012.
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