ARSC

lunes, 21 de octubre de 2013

La curva que dibuja esa sonrisa tonta.

En algunas ocasiones parecemos actores recién salidos de una grabación cinematográfica en un estudio de Hollywood, somos capaces de ocultar miles de emociones. Sentir que el universo se nos viene encima, y, por el contrario, mostrar que nos vamos a comer el mundo y a todo el que se nos ponga por delante y nos impida hacer lo que realmente queremos. Sin embargo, por mucho que nos esforcemos no siempre es tan sencillo. Hacen falta estudios de interpretación y artes escénicas para que este mecanismo funcione perfectamente. Es demasiado fácil distinguir una sonrisa fingida a una sonrisa verdadera, de esas que brotan de lo más profundo de nuestro ser y que según los científicos, nos suma minutos de vida.
Debemos aprender a no disfrazarnos permanentemente y llevar una máscara de nosotros mismos. Lo único que realmente añade vida, es estar bien con uno mismo y reírse de la vida, de ti. Sólo haz de buscar ese "algo" o "alguien" que sea el culpable de la curva que dibuja esa sonrisa tonta que te regale años de vida.


ARSC.

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