ARSC

viernes, 23 de diciembre de 2011

Menos mal, que los tiempos cambian.

Los tiempos cambian, los hábitos se mantienen. Entre los besos más preciados en el imaginario popular norteamericano está el del marino. Lo inmortalizó el fotógrafo Alfred Eisenstaed en Nueva York en 1945: un soldado, vestido de marinero, besando a su novia para celebrar el final de la II Guerra Mundial. Ahora, 66 años después, la Marina de Estados Unidos ofrece otro beso para el recuerdo, el que le plantó la suboficial de segunda clase Marissa Gaeta, de 22 años, a su novia, nada más atracar en el puerto de Virginia Beach el barco USS Oak Hill, en el que había servido los últimos dos meses y medio.El primer beso oficial entre lesbianas de la historia de las Fuerzas Armadas norteamericanas se produjo el miércoles. Es doblemente importante porque ambas mujeres, novias desde hace tres años, son soldados y se dedican al mantenimiento de armas en navíos de guerra. El beso del miércoles entre las soldados Gaeta y Snell se produjo entre aplausos y gritos de alegría de sus compañeros de filas. Servía, simbólicamente, de reivindicación para todos aquellos que fueron expulsados por aquella obsoleta norma, que dictaba que todos aquellos que eran homosexuales, debían ser expulsados del ejército.




No hay comentarios:

Publicar un comentario