ARSC

domingo, 16 de octubre de 2011

Esa sensación.

Esa sensación después de hacer el amor. Después de haber besado, acariciado, apretado cada milímetro de vuestros cuerpos. Después de llegar al punto de ser uno mismo, en dos cuerpos. Después de que vuestros dos corazones latan en uno, que vuestras respiraciones se unan al mismo compás, cada vez con más intensidad.
Él se acelera por segundos a medida que la oye gritar. Ella, pide más. Él sabe perfectamente como hacerla llegar a tocar el cielo con la yema de los dedos.
Esa sensación que viene posterior a la pasión, que os lleva a estar abrazados durante largo tiempo, rendidos entre el sudor, con la energía necesaria sólo para poder rodearla con el brazo.
Juega con su pelo. Ella permanece recostada en su pecho. Ella, besa su cuello y él se limita a besar su frente.
Las miradas no hacen más que cruzarse, no necesitáis palabras. Pero con todo y con esto, con el aliento mínimo que os queda, al unísono pronunciáis esas palabras que os hace erizaros, "Te amo" y lo selláis con un beso lleno de ternura.
Esa sensación después de hacer el amor, de paz, tranquilidad, de tener vuestros cuerpos desnudos e indefensos, uno junto al otro.
Esa sensación totalmente de dos, que ninguno cambiaría por nada.
ARSC.

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